II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 5

1 EN aquel tiempo Antiocho ſe partió la segunda vez para Egypto.

2 Y aconteció que por espacio de quarenta dias fueron vistos por toda la ciudad caualleros, discurriendo por el ayre con vestiduras doradas, y armados de lanças como de guerra:

3 Y compañias de cauallo puestas en orden, y escuadrones que ſe juntauan, y que ſe encontrauan de ambas partes, y mouimientos de escudos, y muchos dardos y espadas ſacadas, y astas que ſe tirauã, y resplandor de atauios dorados, y arneses de todas fuertes.

4 Por loqual todos orauan, que estas visiones tornaſſen en bien.

5 Mas como ſe esparzió el falso rumor, que Antiocho era muerto, Iason tomando no menos de mil hombres, vino de subito ſobre la ciudad, y concurriendo à los muros, y àl cabo tomada ya la ciudad, Menelao huyó à la fortaleza.

6 Mas Iason no ceſſaua de matarsus ciudadanos, no perdonando à ninguno, ni pẽsando que la prosperidad contra ſus pariẽtes fueſſe grande mal, teniendo entendido que leuantaua tropheos de enemigos, no de ciudadanos.

7 Ni cõtodo eſto vuo el principado: mas el fin de ſus assechanças fue confusion: por que otra vez ſe tornó huyendo à los Ammonitas.

8 Y à la fin vuo mal pago encerrado por Aretas principe de los Arabes, y huyendo de ciudad en ciudad perseguido de todos, y aborrecido de todos como execrable apostata y enemigo de ſu patria y de ſus ciudadanos, fue echado à Egypto.

9 Y el que auia echado à muchos de ſu tierra, à la fin pereció desterrado, yendoſe à los Lacedemonios para ſer allà amparado, como por cauſa del parentesco.

10 Y el que auia dexado a muchos ſin ſepultura, el fue echado ſin ſer lamẽtado, priuado de todo honor y derecho de paterna ſepultura.

11 Estas coſas anſi acontecidas, el rey sospechò que los Iudios ſe rebelarian: por loqual buelto de Egypto, con animo encruelecido tomó la ciudad por armas.

12 Y mandó à los soldados que ſin diferencia ninguna no perdonaſſen à ninguno, matando anſi à los que encontraſſen, como à los que ſe ſubieſſen por las casas.

13 Ansi ſe essecutaua muerte en moços, viejos, mugeres v hijos, virgines y niños, todos eran degollados.

14 Detalmanera que en tres dias vuo bien ochenta mil muertos, y quarenta mil presos, y no fuerõ menos los vendidos.

15 Ni ſe contentó con solo eſto, mas aun ſe atreuió à entrar en el Templo en toda la tierra sanctiſsimo, ſiendo el capitan Menelao traydor à la patria y à las leyes.

16 Y tomando los sanctos vaſos con scelerosas manos, y loque los otros reyes auian dedicado para amplitud, gloria, y hõra del lugar, todo lo tratò con ſus manos impias.

17 De eſta manera Antiocho fue eleuado en ſu animo, no conſiderando que Dios ſe auia ayrado con la ciudad por vn breue tiẽpo por los peccados de los ciudadanos, y que portanto auia acontecido àquel menosprecio del lugar.

18 Porque ſino acõteciera que ellos estuuieran embueltos en muchos peccados,como Eliodoro que fue embiado del rey Seleuco para despojar el Erario, anſi tambien eſte, luego que vino, fuera açotado: y espãtado ceſſara de ſu atreuimiento.

19 Mas el Señor no auia escogido la gẽte por el lugar, mas el lugar por cauſa de la gente.

20 Portanto el mismo lugar fue participãte de los males del pueblo, mas deſpues lo ſerá tambien delos bienes por beneficio del Señor: y anſi como fue desierto por yra del Dios Todopoderoso, otra vez por reconciliacion del gran Señor ſerá ensalçado con summa gloria.

21 Antiocho pues lleuando del templo mil y ochocientos talentos, boluiose à Antiochia con grande prieſſa con tanta sober uia, que le parecia que podria nauegar la tierra, y tornar la mar habil para caminar.

22 Dexó con todo gouernadores que affligieſſen la nacion: en Ieruſalem à Philippo natural de Phrygia, en costũbres mas cruel que el que lo puso:

23 Y en Garizim à Andronico, y cõ ellos à Menelao, que mas que todos ſe ensoberuecia contra los ciudadanos.

24 El qual teniẽdo vn maligno animo cõtra los Iudios ſus ciudadanos, embió à Apolonio por capitan con vn exercito de veynte y dos mil hombres, y mandole, que à todos losque fueſſen de perfecta edad, metieſſe à muerte, y que à las mugeres y los mas moços vendieſſe.

25 Este, llegado à Ieruſalẽ, fingiendo paz, estuuo quedo haſta el dia sancto del Sabbado: y entonces, quádo los Iudios reposauan, mandó à los suyos tomar las armas.

26 Y à todos los que ſalieron àl espectaculo, mató: y discurriendo por la ciudad con gente armada, hizo grande estrago en la multitud.

27 Entonces Iudas Machabeo que era quasi el decimo, ſe retiró al desierto, dõde biuia cõ los suyos en los mõtes entrelas beſtias, y comiendo yeruas morauã alla por no ſer participes de las immundicias.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 6

1 Mas no mucho tiẽpo deſpues embió el rey à vn viejo Atheniense, que cõpelieſſe à los Iudios à dexar las leyes de ſus padres, y que no fueſſen mas gouernados por las Leyes de Dios.

2 Y que tãbien cõtaminaſſe el Tẽplo de Ieruſalẽ, y que le pusieſſe nõbre de Iupiter Olimpio, y àl que eſtá en Garizĩ de Iupiter Hospedador, como queriã los moradores del lugar.

3 Esta introduciõ de maldad era graue y amarga à todos.

4 Porque el Tẽplo era lleno de diffolucion, y de glotonerias de las Gentes, que ſe deleytauan alli entre ſus rameras: y dormian con las mugeres en los sacros portales, y metian dentro coſas que no era licito.

5 El altar tambien eſtaua lleno de coſas illicitas, y defen didas por la Ley.

6 Y tampoco auia quien guardaſſe los Sabbados, ni las fiestas solẽnes de la patria eran guardadas, ni aun quien simplemente ſe confeſſaſſe ſer Iudio.

7 Mas todos eran lleuados con amarga fuerça à los sacrificios el dia del nacimiẽto del rey: y quando ſe celebraua la fiesta del dios Bacho, forçauã à los Iudios à que coronados de yedra fueſſen en la procession del dios Bacho.

8 Aliende de eſto fue embiado vn edicto por las mas cercanas ciudades de los Gentiles por instigacion de Ptolemeo, que eſta misma ordenança ſe guardaſſe entre ellos contra los Iudios de hazerlos sacrificar:

9 Y que los que no quisieſſen paſſarſe à los ritos de los Gentiles, fueſſen metidosà muerte. Ansi que era de ver vna presente miseria.

10 Dos mugeres fueron ſacadas, porque auian circuncidado ſus hijos: à las quales truxeron por toda la ciudad colgados los niños de las tetas, y deſpues las despeñaron del muro.

11 Otros que ſe auiã retirado à ciertas cueuas cercanas à celebrar bccultamẽte el dia del Sabbado, ſiendo descubiertos à Philippo, fueron quemados: porque temieron aun de ayudarſe à ſi mismos, por cauſa de la obseruancia de dia de tanta veneracion.

12 Yo ruego pues à los que leyeren eſte libro que no ſe aſſombren de estas calamidades: antes piensen que semejantes penas no vinieron para la destrucion de nueſtra nacion, mas para castigo.

13 Porque señal es de grande beneficio no dexar à los peccadores mucho tiempo hazer ſegun ſu voluntad, mas poner luego el castigo.

14 Porque no eſpera Dios pacientemente [ſu pueblo,] como haze à las otras naciones, para que quando llegaren àl colmo de los peccados, los castigue.

15 Ansi ordenó de noſotros para no castigarnos quãdo nuestros peccados vuieſſen llegado àl cabo.

16 Por loqual nũca aparta de noſotros ſu misericordia, ni tã poco desampara ſu pueblo, quando con aduersidades lo castiga.

17 Esto auemos dicho en pocas palabras para admonicion de los leyentes: boluamos aora à la narracion.

18 Eleazaro vno de los principales Escribas, hõbre ya viejo, y de hermosa preſencia, compeliãle à que abrieſſe la boca, y comieſſe carne de puerco:

19 Mas el queriẽdo mas paſſar muerte cõ gloria, que biuir en odio de ſu voluntad, yua delante àl tormento, escupiendo.

20 Como conuenia que fueſſen los que querian mas sufrir tormento, que por cobdicia de biuir, gustar coſas illicitas.

21 Mas los que tenian el cargo del maldito sacrificio, por la antigua noticia que tenian del varon, apartandolo en lugar secreto, le rogauan que trayendo le carnes, de las quales le era licito comer, fingieſſe que comia de las carnes del sacrificio, como el rey auia mandado.

22 Para que de eſta manera fueſſe libre de la muerte: vsando con el de aquesta humanidad por la vieja amistad que con el tenian.

23 Mas el tomando vn honesto pensamiẽto, y digno de ſu edad, y de la excellencia de ſu vejez, y de la eminẽcia de ſu cana cabeça, y de la buena criãça que tuuo desde niño, y ſobre todo de la sancta Ley dada de Dios, respondió de presto diziendo, Que mas ayna lo echaſſen en el infierno.

24 Porque no conuienedizeà nueſtra edad fingir, para que muchos mancebos pensando que pues Eleazaro de nouenta años ſe ha paſſado à los ritos de los estraños.

25 Ellos tambien por mi simulaciõ y por vn poco de tiempo de vida corruptible seã engañados: y de eſta manera yo gane macha y execracion à mi vejez.

26 Porque aunque àl presente yo me escape de los tormentos de los hombres, con todo eſſo ni biuo ni muerto eſcaparé la mano del Omnipotente.

27 Por lo qual muriendo aora varonilmente, mostraré que à la verdad he sido digno de la vejez:

28 Y à los mancebos dexaré illustre exẽplo, ſi con prompto y generoso animo sufriere honesta muerte por las venerables y sanctissimas leyes. Y dicho eſto, luego ſe vino àl tormento.

29 Mas los que lo lleuauan, que poco antes le auian sido mãsos, por las palabras que auia dicho, ſe conuertieron en ira: porque les parecia auersido dichas con locura.

30 Mas el estando ya para espirar de los açotes, gimió y dixo, El Señor, que tiene el sancto conocimiento, sabe, que pudiendo yo librarme de la muerte, padezco grãdes dolores en el cuerpo, ſiendo açotado: mas que cõ animo alegre lo sufro por ſu respecto.

31 Y anſi feneció la vida eſte, dexando exemplo de generoso y fuerte animo, no solo à los mãcebos, mas aun à toda la nacion en la memoria de ſu muerte.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 7

1 Aconteció tambien que ſiete hermanos juntamente cõ ſu madre fueron tomados, y ſiendo compelidos por el rey con açotes y vergas de toro à comer carne de puerco contra las leyes.

2 Estando en el tormento vno de ellos, que fue el primero, dixo anſi, Que demandas, ò que quieres ſaber de noſotros? porque prestos estamos à morir antes que quebrãtar las leyes de nueſtra tierra.

3 Entonces el rey enojado hizo encẽder las sartenes, y las calderas de metal; las quales ſiendo luego encendidas.

4 Manda que à aquel que habló primero, ſe cortaſſe la lengua, y desollãdolo le cortaſſen tãbiẽ las manos y los pies mirãdolo los otros ſus hermanos y ſu madre.

5 Y ſiendo ya del todo inutil, mandolo acercar àl fuego, y que lo tostaſſen en la sar ten espirando ya: y esparziendoſe por luẽgo espacio el vapor de la sarten, ellos cõ la madre ſe exhortauan los vnos à los otros à morir animosamente.

6 Diziendo, El Señor Dios mirará la verdad, y de verdad tomará en noſotros contentamiento, como en el cãtico hecho delante del pueblo protestó Moyſen,Y en ſus sieruos ſe consolará.

7 Muerto aquel primero de eſta manera, truxeron el segundo para escarnecerlo; y auiendole quitado el cuero dela cabeça cõ los cabellos, preguntauanle, ſi comeria antes de ſer atormentado en todos los miẽbros de ſu cuerpo.

8 Mas el respondiendo en la lengua desu tierra dixo, No haré. y anſi padeció eſte de ay adelante el mismo tormento que el primero.

9 Y àl postrer sospiro dixo, A la verdad tu matador, de eſta presente vida nos sueltas, mas el rey del mundo muertos por ſus leyes nos refuscitará à eterna vida.

10 Tras eſte fue escarnecido el tercero, àl qual demandando la lengua, la sacó de presto: y estẽdió cõstanremẽte las manos.

11 Y animosamente dixo, Del cielo poſſeo eſto, mas por las leyes de Dios aora lo menosprecio: porque eſpero que lo tengo de tornar à recebir del.

12 De tal manera que el rey y los que cõel eſtauan, ſe espantaron del animo del moço, que tales tormentos estimaua en nada.

13 Y muerto eſte, atormentauan el quarto de la misma manera:

14 El qual estando ya cercano à la muerte, dixo anſi, Mas vale que los entregados à muerte por los hombres eſperen eſperãça de Dios, que ſeran por el otra vez resucitados. A la verdad no aurá resurrecion à vida para ti.

15 Y traydo luego el quinto, y atormentandolo, y el mirando àl rey dixo.

16 Tu teniendo potestad ſobre los hombres, ſiendo corruptible hazes loque quieres: mas no pienses que nuestro linage es desamparado de Dios.

17 Y tu eſpera, y verás ſu gran poder, en como te atormẽtará à ti y à toda tu ſimiẽte

18 Tras de eſte sacaron àl sexto, el qual començando ya à morir, dixo, No te engafies en vano: porque noſotros por cauſa nueſtra padecemos estas coſas dignas de admiraciõ por auer peccado cõtra nuestro Dios:

19 Mas tu, no pienses que has de quedar ſin castigo, porque tu guerra contra Dios es.

20 Con todo eſſo la madre era admirable ſobre todo, y digna de buena memoria: que viendo morir ſiete hijos en espacio de vn mismo dia, lo lleuó cõ fuerte animo por la eſperança que auia pueſto en Dios.

21 A cada vno de ellos exhortaua varonilmente en ſu propia lengua llena de ſabiduria: y deſpertando animo varonil en ſu mugeril entendimiento.

22 Les dezia anſi, Yo no sé deque manera vosotros aparecistes en mi vientre, porque ni yo tan poco os di el eſpiritu, ni la vida, ni yo compuse todos vuestros miembros:

23 Mas el Criador del mundo, que formó la generacion del hombre, y inuentó el origen de todas las coſas, el qual mismo os restituyrá otra vez con clemencia el eſpiritu y la vida, como aora vosotros por cauſa de ſus leyes os teneys en poco.

24 Empero Antiocho, pareciendole que era menoſpreciado, y conſiderando la boz que lo afrentaua, àl mas pequeño de todos que quedaua aun, no solamente lo exhortaua con palabras, mas aun afirmaua con juramento que lo haria rico y bien auẽturado, y lo tẽdria por amigo, y le fiaria cargos, ſi ſe apartaſſe de las leyes de ſu patria.

25 Mas como el moço à ninguna de estas coſas ſe mouieſſe, el rey llamó à la madre, y persuadiale, que fueſſe àl moço cauſa de salud por ſu consejo:

26 Y auiendola exhortado por muchas palabras, ella prometió que persuadiria à ſu hijo.

27 Y anſi acercandoſe à el, haziẽdo burla del cruel tyranno hablo anſi àl hijo en ſu propia lengua, Hijo mio, ten cõpassion de mi, que tetruxe nueue meses en mi viẽtre, que te di leche tres años, y te crié, y te he llegado haſta eſta edad:

28 Lo que te pido, hijo, es, que mires el cielo, y la tierra, y todo loque en ello eſtá: y que entiendas que Dios lo hizo todo denada, y ansimismo el linage de los hombres.

29 Y anſi ſe hará que no temas à eſte verdugo; mas antes recibas la muerte hecho digno de tus hermanos, paraque cõ los mismos yo te reciba en aquella misericordia.

30 Estando aun ella hablando eſto, dixo el moço, A quien eſperays? Al mandamiẽto del rey no obedezco, ſino àl de la Ley que nos fue dada por Moyſen.

31 Mas tu, que has sido el inuentor de todo mal cõtra los Hebreos, no huyrás la mano de Dios.

32 A la verdad noſotros por nuestros peccados padecemos eſto.

33 Mas ſi por cauſa de reprehension y de castigo el Señor Dios biuo nos ha sido vn poco ayrado, con todo eſſo ſe tornará à reconciliar con ſus sieruos.

34 Mas tu, ò impio, y el mas flagicioso de todos los hombres, no te ensoberuezcasen vano con vanas eſperanças, inflamado cõtra ſus sieruos:

35 Porque aun no has eſcapado del juyzio del Dios Todopoderoso, y que todo lo vee.

36 Porque mis hermanos, aunque han paſſado aora eſte breue dolor, debaxo del testamẽto de la vida eterna estã: mas tu pagarás por juyzio de Dios el juſto castigo de tu soberuia.

37 Yo empero como mis hermanos entrego mi anima y mi cuerpo por las leyes de mi patria, inuocando à Dios que presto ſea propicio à nueſtra nacion, y que tu cõfieſſes entre los tormentos y açotes, que el solo es Dios:

38 Y que en mi y en mis hermanos pare la yra del Omnipotente que justamẽte ha caydo ſobre toda nueſtra generacion.

39 Entonces el rey encendido en yra ſe encrueleció cõtra eſte mas fieramente que ſobre todos los otros, indignado de verse menospreciar.

40 Y anſi eſte murió sanctamente cõfiado del todo en el Señor.

41 A la postre la madre fue muerta tras los hijos.

42 Baste pues lo que eſtá dicho haſta aqui acerca delos sacrificios y de las grãdes crueldades.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 8

1 Ivdas Machabeo y los que estauã conel, entrauan escondidamẽte en las aldeas, y conuocando à ſus pariẽtes y amigos, y tomando consigo à los que auian permanecido en el Iudaysmo, sacaron haſta seys mil hombres.

2 Y inuocauan àl Señor, que miraſſe à ſu pueblo hollado de todos, y vuieſſe misericordia del Tẽplo profanado delos impios.

3 Y que vuieſſe piedad de la ciudad ya casi aſſolada, y que oyeſſe la boz de la sangre que clamaua à el.

4 Y que ſe acordaſſe de las injustissimas muertes de los niños innocentes, y de las blasfemias hechas à ſu Nombre, y que ſe ayraſſe contra tales coſas.

5 Con eſta multitud que el Machabeo auia ayuntado, ſe hazia intolerable à las Gẽtes: por que la yra del Señor ſe auia ya conuertido en misericordia.

6 Y viniendo de improuiso ſobre las aldeas y ciudades, las metia à fuego, y occupando los lugares opportunos hazia muchos estragos en los enemigos.

7 Las noches tenia por muy opportunas para estos rebatos, y la fama de ſu esfuerço ſe estendia por toda parte.

8 Viendo pues Philippo que el varon yua creciendo poco à poco, y que las coſas le succedian prosperamẽte muchas vezes, escriuió à Ptolemeo gouernador de Celesyria y de Phenicia que acudieſſe à los negocios delrey.

9 Y el embió luego à Nicanor hijo de Patroclo, de los principales amigos, àl qual dió como veynte mil hombres armados juntados de muchas naciones, paraque destruyeſſe todo el linage de los Iudios, juntando con el tambien à Gorgias hõbre de guerra y muy eſperimentado en las coſas de la guerra.

10 Nicanor auia determinado, que dos mil talentos de tributo que el rey pagaua à los Romanos, fueſſen sacados de la captiuidad de los Iudios.

11 Y anſi embió luego à las ciudades maritimas à conuocar quien compraſſe Iudios esclauos, prometiendo nouẽta esclauos por vn talento, no mirando á la vengança que auia de venir ſobre el de parte del Omnipotente.

12 Y entendiendo Iudas la venidade Nicanor, hizo lo ſaber à los Iudios que eſtauan con el.

13 Delos quales algunos temiendo y descõfiados de la justicia de Dios, ſe poniã en huyda.

14 Mas otros vendian loque les auia quedado, y todos juntosorauan àl Señor que los libraſſe del impio Nicanor, que los auia vendido antes de auer llegado à ellos.

15 Y ſino por ellos, à lomenos por el Cõcierto que auia hecho cõ ſus padres, y por la inuocaciõ del sancto y venerable nõbre ſu yo que ſobre ellos ſe inuocaua.

16 Y el Machabeo, juntando ſus compañeros, que eran haſta seys mil, exhortauales que no temieſſen los enemigos, ni vuieſſen miedo de la multitud de las Gẽtes que los acometia injustamente: mas que peleaſſen varonilmente:

17 Teniendo delante delos ojos la afrẽta que por estos era hecha àl Sancto lugar, y la injuria de la ciudad deshonrrada, y las cõstituciones de los padres ya abrogadas.

18 Porque ellos, dezia, à la verdad cõfian en armas y atreuimiento: mas noſotros en el Señor Todopoderoso cõfiamos, el qual puede anichilar en vn momẽto losque vienẽ cõtra noſotros, y à todo el mundo.

19 Ansimismo les truxo à la memoria los fauores que Dios auia hecho antes à los padres,y como auian perecido ciẽto y ochẽta mil hõbres en poder de Sẽnacherib.

20 Y la batalla que vuieron en Babylonia contra los Galatas, donde venidos àl hecho, auiendoſe juntado ocho mil con quatro mil Macedonios, dudando los Macedonios, los ocho mil deshizieron ciento y veynte mil hombres, por el ayuda que les fue dada del cielo; de la qual victoria ſe les siguierõ grandes bienes.

21 Cõ estas palabras los hizo cõstãtes, y aparejados para morir por las leyes y por la patria.

22 Y anſi diuidió el exercito en quatro par tes, poniẽdo à ſus hermanos Simõ, y Iosepho, y Ionathas, cada vno por capitã de ſu escuadrõ: à cada vno de los quales dio mil y quinientos.

23 Y deſpues que Eleazar vuo leydo el sacro libro, y dando la señal del fauor de Dios, el ſiendo capitan del primer escuadrõ acometió à Nicanor.

24 Y siẽdole ayudador el Omnipotente matarõ mas de nueue mil hõbres, y à la mayor parte del exercito de Nicanor hirierõ y debilirarõ, y los cõstriñierõ à huyr.

25 Y tomarõ los dineros de los que auiã venido à cõprarlos, y persiguierõ los enemigos luengamente.

26 Mas boluierõse por faltarles el tiempo, porque era la vispera del Sabbado: por loqual no perseueraron en seguirlos.

27 Mas jũtando las armas y los despojos de los enemigos, celebraron el Sabbado, bendiziendo àl Señor que los auia librado aquel dia, distillando ſobre ellos vn principio de ſu misericordia.

28 Paſſado el Sabbado, repartierõ los despojos entre los flacos, y huerfanos, y biudas: y lo demàs tomaron para ſi y para ſus hijos.

29 Hecho eſto, y hecha oracion publica por todos, orarõ àl Señor Misericordioso, que à la fin ſe reconciliaſſe con ſus sieruos.

30 Y de los que eſtauan cõ Timotheo y Bacchides, que venian contra ellos, mataron ſobre veynte mil hombres, y tomaron fortalezas biẽ altas, y repartieron muchas presas, dãdo ygual parte à los flacos, y huerfanos, y biudas, y tambiẽ à los viejos.

31 Y recogiẽdo todas las armas delos enemigos pusierõlas en lugares opportunos, y truxerõ los demas despojos à Ieruſalem.

32 Y mataron à vn hombre facinoroso llamado Philarches, que eſtaua con Timotheo: el qual auia moleſtado à los Iudios en muchas coſas.

33 Y haziẽdo la fiesta dela victoria en Ieruſalẽ, quemaron à losque auiã quemado las puertas sagradas, es à ſaber, à Calisthenes, el qual acogiẽdoſe à vna caſa, le pusierõ fuego dandole el salario digno de ſu impiedad.

34 De eſta manera el facinoroso Nicanor que auia traydo mil mercaderes à la compra de los Iudios.

35 Humillado, por fauor del Señor, de aquellos que el estimaua en nada, dexada la vestidurade gloria ſe huyó por el mar mediterraneo, y vino solo à Antiochia perdido el exercito, y consumma infelicidad.

36 Y elque auia antes prometido de pagar à los Romanos el tributo de los captiuos de Ieruſalẽ, aora predicaua tener los Iudios à Dios por defensor, y que portanto no podiã ſer heridos, porque guardauã las leyes que el auia hecho.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 9

1 EN aquel tiẽpo Antiocho auia buelto ſin honra de Persia.

2 Porque entrado en la ciudad llamada Persepolis, tẽtó de despojar el tẽplo, y tomar la ciudad; mas acudiẽdo la multitud à las armas, Antiocho cõ los suyos fue ahuyẽtado: y anſi acõteció que deſpues dela huy da ſe tornaſſe con verguença.

3 Y quãdo vino à Ecbactanas tuno nueuas de lo que auia acontecido à Nicanor y à Timotheo:

4 Y encẽdido en ira pensó de tornar en los Iudios la injuria de los que lo auian echado huyendo: por lo qual mandó apressurar ſu carro caminãdo ſin ceſſar, vrgiẽdo lo anſi el juyzio del cielo, por auer dicho con tanta soberuia que en viniendo à Ieruſalem la auia de hazer sepulchro comun de los Iudios.

5 Mas el Señor Dios de Iſrael, que mira todas las coſas, lo hirió de vna plaga insanable y inuisible: porque como acabóestas palabras, lo tomó vn dolor cruel de entrañas, y vnos amargos tormentos de intestinos.

6 Y à la verdad bien justamente, porquanto con muchos y nueuos tormentos el auia atormentado las entrañas de otros: aunque con todo eſſo el no desistió de ſu malicia:

7 Antes lleno de soberuia, echando del animo fuego contra los Iudios, y mandando apressurar el camino, aconteció que yendo con impetu cayó del carro, y todos los miembros de ſu cuerpo fueron quebrantados con la grande cayda.

8 Y el que poco antes le parecia que podia mãdar à las ondas de la mar, y pesar en balança las alturas de los montes, ſobre humana medida lleno de soberuia, aora, derribado en tierra, era lleuado en andas, testificando en simismo la potencia de Dios manifiesta.

9 De tal manera que del cuerpo del impio ſalian hiruiendo gusanos; y ſus carnes ſe le corriã con los dolores aun biuiendo, tanto que el exercito era moleſtado con ſu mal olor.

10 Y el que poco antes le parecia que tocaua las eſtrellas del cielo, ya ninguno lo podia lleuar por cauſa del intolerable hedor.

11 Desde aqui pues comẽçó de ſu grã soberuia à venir àl cõcimiento de ſi, amonestado por el diuino açote, tomando augmẽto ſus dolores por todos los memẽtos.

12 Y no pudiendo ya aun el mismo sufrir ſu hedor, dixo anfi, Iusto es ſer subdito à Dios, y que el mortal no sienta de ſi como el.

13 Y el maluado oraua àl Señor, de quiẽ no auia de al cãçar misericordia proponiẽdo.

14 De hazer libre la ciudad à la qual venia con todo impetu para aſſolarla, y hazerla comun sepulchro:

15 Y à los Iudios, que los auia de hazer iguales à los Athenienses, à los quales antes no tenia ni aun por dignos de ſepultura, auiendo determinado de echarlos à ellos y à ſus hijos à ſer despedaçados de las aues y de las beſtias.

16 Y àl Templo sancto que antes auia despojado, que lo auia de adornar de grãdes dones, y que auia de augmentar los sanctos vaſos, y que auia de dar de ſus rentas los gastos pertenecientes à los sacrificios.

17 Y que aliende de eſto, que ſe auia de hazer Iudio, y que auia de yr por todos los lugares de la tierra predicando la potencia de Dios.

18 Mas como no ceſſaſſen los dolores, porque el juſto juyzio de Dios auia venido ſobre el, desesperado escriuió à los Iudios vna carta à manera de hombre que ruega, desta manera:

19 El rey y Emperador Antiocho à los buenos ciudadanos los Iudios, mucha salud, sanidad, y felicidad.

20 Si vosotros y vuestros hijos estays buenos, y todas vuestras coſas van como desseays, yo hago gracias à Dios, poniendo mi eſperãnça en el cielo.

21 Yo pues aun que estoy enfermo, benignamente me he acordado de vuestra hõrra y buena volũtad para conmigo. Auiendo pues caydo en graue enfermedad, buelto de las regiones de Persia, pareciome ſer coſa neceſſaria proueer en la comun vtilidad de todos.

22 No desesperando de mi mismo, mas teniendo eſperança de ſer libre de la enfermedad.

23 Mas conſiderando que mi padre, quãdo lleuó exercito en las prouincias altas, declaró quien auia de auer el principado deſpues del:

24 Para que ſi acontecieſſe alguna coſa aduersa, ó vinieſſe alguna nueua trabajoſa, los que eſtauan en las prouincias, sabiendo à quien quedaua el imperio, no fueſſen turbados:

25 De mas de eſto conſiderando como los principes comarcanos y vezinos del reyno, attentos à la occasion eſtan eſperãdo el succeſſo de las coſas: por estas cauſas he declarado por rey à mi hijo Antiocho, àl qual auiendo de visitar los reynos ſuperiores, muchas vezes lo dexé enco mendado à muchos de vosotros, àl qual tambien hé eſcripto lo que ſe signe.

26 Portanto y os ruego, y requiero, que acordando os de los beneficios recebidos, anſi en publico como en particular, que cada vno de vosotros conserue la beneuolencia para conmigo y para con mi hijo.

27 Porque yo confio que el, siguiendo mi voluntad, os serà modesto y humano y afable.

28 De eſta manera eſte homicida y blasphemo, herido como era digno, y como el auia herido à los otros, murió de miserable muerte peregrino entre los montes.

29 Y Philippo, que ſe auia criado con el, hizo lleuar ſu cuerpo; el qual temiendoſe del hijo de Antiocho, ſe fue à Ptolomeo Philometor en Egypto.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 10

1 Mas el Machabeo y los suyos, guiãdolos el Señor, recuperaron el Templo y la ciudad.

2 Y derribaron los altares que los estrangeros auian edificado por las plaças, y tãbien las capillas.

3 Y limpiado el Templo, hizieron otro altar, y tomaron fuego sacado de pedernales, y ofrecieron sacrificios dos años deſpues: y pusierõ el encienso, y las lamparas, y el pan de la proposicion.

4 Hecho eſto, rogauan àl Señor prostrados en tierra, que no cayeſſen mas en tales males, mas que ſi alguna vez peccaſſen, fueſſen del castigados con clemẽcia, y no fueſſen entregados à Gẽtes blasphemas y barbaras.

5 Y acõteció que en el mismo dia, que el Templo auia sido contaminado de los estrangeros, fue he cha ſu purificacion à los veynte y cinco dias del mes llamado Casleu.

6 Y hizierõ alegrias por ocho dias, como en la fiesta de las Cabañas, acordandoſe que no mucho antes auian celebrado la fiesta de las Cabañas en los mõtes y en las cueuas, amanera de beſtias fieras.

7 Por loqual, lleuãdo tallos y ramas verdes, y palmas, cantauan hymnos àl que les auia dado prosperidad para limpiar ſu lugar.

8 Y por publico mandamiento y decreto determinarõ, que aquellos ocho dias fueſſen festiuos à toda la nacion de los Iudios todos los años.

9 De eſta manera pues paſſó la muerte de Antiocho llamado el Illustre.

10 Aora contaremos los hechos de Eupator hijo del impio Antiocho, coligiẽdo en breue los males que ſe siguieron en las guerras.

11 Porque como eſte tomó el reyno, puso ſobre los negocios del reyno à vn Lysias principal gouernador de Phenicia y de Syria.

12 Porque Ptolemeo, que era dicho Macron, ſe determinó à conseruar el derecho para con los Iudios por la injuria que les era hecha, y anſi trabajaua de tratar pacificamente las coſas que les tocauan.

13 Por loqual el fue accusado de ſus amigos à Eupator, y muchas vezes ſe oyó llamar traydor; porque auia desamparado à Cypro, laqual Philometor le auia dado à cargo, y ſe auia paſſado à Antiocho el Illustre: dõde no auiendo alcançado ningũ gouierno hõrroso, cõ el dolor del animo tomó veneno y ſe mató.

14 Mas Gorgias, deſpues que fue pueſto por Emperador de los Iugares, sustẽtaua exercito de estrangeros, cõque muchas vezes moleſtaua con guerra à los Iudios.

15 Ansimismo los Idumeos, tomadas las fortalezas que les eran cõmodas, dauan que hazer à los Iudios; y recibiendo à los que echauan desterrados de Ieruſalem, sustentauan la guerra.

16 Losque eſtauan con el Machabeo, haziendo oracion rogarõ à Dios que les fueſſe ayudador: y anſi acometieron à las fortalezas de los Idumeos.

17 Y combatiendolas cõ grande fuerça, y à la fin tomandolas, lançarõ à los que peleauan del muro: y matando à quantos encontrauan, no mataron menos de veynte mil hombres.

18 Y auiendoſe retirado no menos que nueue mil à dos torres muy fuertes y biẽ apercebidas de lo neceſſario para sufrir el cerco:

19 El Machabeo, dexando en el cerco à Simon y à Iosepho, y à Zacheo, y con ellos asaz gente, ſe partió à los lugares que mas fatigauan.

20 Mas los que eſtauan con Simõ, mouidos por auaricia fueron persuadidos por dineros de los que tenian aquellas fortalezas, y recibiendo setenta mil dragmas, dexaron eſcapar algunos.

21 De loqual, como el Machabeo tuuo auiso, juntando los principales del pueblo, los acusó que auian vendido à ſus hermanos por dinero, auiendo dexado huyr ſus enemigos.

22 Y anſi cõuenciẽdolos de traydores los mató, y luego tomó las dos torres.

23 Y prosperado en todo, en las armas y en las manos, mató mas de veynte mil perſonas en las dos fortalezas.

24 Y Timotheo, que antes auia sido vencido de los Iudios, juntando grãde exercito de estrangeros, y caualleria de Aſia no poca, vino para tomar à Iudea por armas.

25 Mas el Machabeo y los que con el eſtauan, ya que el llegaua cerca, oraron àl Señor echando tierra ſobre ſus cabeças y ciñiendo ſus lomos concilicios.

26 Prostrados en la grada que eſtá delãte del altar, que el les fueſſe fauorable à ellos, y à ſus enemigos enemigo, y aduersario à ſus aduersarios, como eſtá dicho en la Ley.

27 Y anſi, deſpues de la oraciõ, toman las armas, y salen lexos de la ciudad: y quando fueron cerca del enemigo, pararonſe.

28 Y àl ſalir del sol acometierõ de ambas partes, estos teniẽdo àl Señor cõ ſu virtud por fiador de ſu victoria y prosperidad; los otros poniendo por capitan de ſus peleas ſu propio animo.

29 Y ya que la batalla eſtaua muy trauada, aparecieron del cielo à los enemigos cinco varones à cauallo adornados cõ frenos de oro, que yuan delante de los Iudios:

30 Dos de los quales lleuauan en medio àl Machabeo, y amparandolo cõ ſus armas lo guardauan de ſer tocado, y en los enemigos arrõjauã dardos y rayos: por loqual fueron confusos y ciegos, y cayã llenos de turbacion.

31 Y fueron muertos veynte mil y quinientos, y seys cientos de cauallo.

32 Y Timotheo huyó à vna fortaleza fuerte llamada Gazara, en laqual presidia Chereas.

33 Mas el Machabeo y los que con el eſtauan, con gran regozijo cercaron la fortaleza porquatro dias.

34 Empero los que estauã dẽtro, cõfiãdoſe en el lugar que era alto, blasphemauã en gran manera, y dezian palabras nefandas.

35 Y quando vino el quinto dia, veynte mancebos de los que eſtauan cõ el Machabeo, encendidos de animo à cauſa de las blasphemias, ſe llegaron varonilmente àl muro, y con animo feroz derribauã todos los que encontrauan.

36 Y otros que anſi mismo auian subido, combatiendo contra los de dentro puſieron fuego à las torres, y quemauan biuos à aquellos blasphemos.

37 Otros rompian las puertas, y entrando con ellos la resta del exercito, tomaron la villa, y mataron à Timotheo, que ſe auia escondido en vna cueua, y à ſu hermano Chereas, y à Apolophanes.

38 Esto hecho, bendezian àl Señor con hymnos y con alabanças, que hizo à Iſrael tan grande beneficio, y les dió victoria de ellos.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 11

1 Mas vn poco de tiẽpo deſpues Lysias procurador y pariẽte del rey ypreposito de los negocios, pesãdole mucho de las coſas’acaecidas.

2 Iuntó ochenta mil hombres, y toda la caualleria, y vino cõtra los Iudios, pensando de tomar la ciudad, y hazerla habitaciõ de las Gentes.

3 Y el Templo para juntar dinero, como los otros templos de los Gentiles, y el Sacerdocio para venderlo cada año:

4 No metiẽdo encuẽta la potẽcia de Dios, mas como desenfrenado, ſu pẽsamiento era cõfiar en tãtos millares de gente de pie y de cauallo, y en ochenta Elephantes.

5 Entrado pues en Iudea, y aſſentado el campo en Bethsuran, laqual eſtaua aſſentada en vn lugar estrecho lexos de Ieruſalem cinco estadios, la començó à combatir.

6 Mas como el Machabeo y los que con el estauã, entendierõ que ya combatia las fortalezas, orauan àl Señor juntamente con todo el pueblo con lloro y lagrimas, que embiaſſe algũ buen angel para saluar à Iſrael.

7 Y el Machabeo el primero, tomadas las armas, exhortaua à los otros, que juntamente con el ſe pusieſſen àl peligro, y dieſſen ayuda à ſus hermanos.

8 Y anſi juntos y alegremente ſalierons y aũ no eſtauan lexos de Ieruſalem, quãdo apareció vn cauallero veſtido de blanco que yua delante deellos batiendo todas las armas doradas.

9 Entonces todos à vna bendixeron àl Señor misericordioso: y tomarõ tanto animo, que ſe apercibieron à paſſar no solamente à los hombres, mas las beſtias ferocissimas, y los muros de hierro.

10 Y ãsi yuã apercebidos cõ ayuda del cielo que auia de pelear jũtamente cõ ellos, por auer auido misericordia deellos el Señor.

11 Y acometiendo à los enemigos cõ vn impetu de leones, derribaron de la gente de pie onze mil hombres, y mil y seyscientos de cauallo.

12 Y à todos los de mas tornaron en huy da, muchos de los quales eſcaparon heridos y desnudos, y tambiẽ el mismo Lysias ſe escapó huyendo vergonçosamente.

13 Mas como no era imprudente, pensando en el detrimento que auia recebido, y entendiendo que los Iudios eran inuincibles, ſiendo fauorecidos por el Dios Todo poderoso, embio à ellos.

14 Y prometió que el consintiria en todo loque fueſſe juſto, y que persuadiria àl rey à ſer ſu amigo.

15 Y el Machabeo, auida cõsideraciõ de la vtilidad comũ, cõcedió en todo loque Lysias pedia y todo loque el Machabeo escriuió à Lyfias acerca de los Iudios, el rey lo cõcedió.

16 Las letras que fueron embiadas de Lysias à los Iudios, eran en eſta forma, Lysias àl pueblo de los Iudios, salud.

17 Ioã y Abeſalon, que vosotros embiastes, dando nos vuestros escriptos, pidieron que yo cũplieſſe loque por ellos era significado.

18 Yo pues mostré àl rey todo lo que couenia que ſe le mostraſſe, el qual concedió todo lo que ſe pudo hazer.

19 Y ſi vosotros cõseruardes la fe en los negocios, yo tãbiẽ procuraré en lo por venir deseros auctor de todo el bien que os tocáre.

20 De todas estas coſas y de cada vna de el las yo he dado mandamiento, anſi à vuestros mensageros, como à los que yo embio, que os hablen.

21 A Dios. En el año ciento y quarenta y ocho, à los veynte y quatro del mes de Dios-Corinthio.

22 La carta del rey contenia eſto, El rey Antiocho a Lysias ſu hermano, salud.

23 Despues que nuestro padre fué trasladado entre los dioses, nos desseando que los que eſtan en nuestro reyno, biuan en paz, y traten con diligencia ſus negocios.

24 Auemos oydo que los Iudios no han querido cõsentir à mi padre paraser traspaſſados à los ritos de los Griegos: antes quieren retener ſus costũbres, y por tanto nos piden que les ſean concedidos ſus fueros.

25 Porloqual nos tãbien, queriendo que eſta gente esté quieta, constituymos, que el Templo les ſea restituydo, y que hagan conforme à la costumbre de ſus mayores.

26 Portanto bien harás, ſi embiáres à ellos, y les dieres la diestra, paraque conociendo nueſtra voluntad esten de buen animo, y ſe occupen en ſus prouechos.

27 La carta del rey à los Iudios era tal, El rey Antiocho, àl Senado de los Iudios salud.

28 Si estays buenos, estays como desseamos: tambien à nos nos va bien.

29 Menelao nos declaró, que os queriades tornar à vuestra tierra, y estaros en ella.

30 Portanto à los Iudios que ſe tornaren haſta los treynta dias del mes Xanthico les damos la diestra de seguridad:

31 Paraque puedã vsar de viandas Iudaicas y de ſus leyes como primero: y que nĩgunodee llos en alguna manera ſea moleſtado por las coſas que haſta aqui hã paſſado por ignorãcia

32 A Menelao os embio pareque os hable.

33 A Dios. en el año ciento y quarenta y ocho, à los quinze del mes Xanthico.

34 Los Romanos tambien embiaron le tras à los Iudios de eſta manera: Quinto Memmio y Tito Manlio legados de los Romanos àl pueblo de los Iudios, salud.

35 Loque Lysias pariente del rey os concedió, noſotros tambien lo confirmamos.

36 Y acerca de loque le pareció que ſe deuia de communicar al rey, auido vuestro consejó, embiad luego alguno, paraque propongamos loque mas os conuiene: porque noſotros nos llegamos à Antiochia.

37 Portanto da os prieſſa en embiar algu nos, paraque noſotros tambien sepamos vuestra voluntad.

38 A Dios. En el año ciento y quarenta y ocho: à los quinze dias del mes Xanthico.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 12

1 Hechos estos conciertos, Lysias ſe fué àl rey, y los Iudios ſe occuparon en labrar ſus campos.

2 Mas los que quedaron por gouernadores de los lugares, Timotheo, y Apolonio hijo de Genneo, anſi mismo Hieronymo, y Demophon, y aliende de estos Nicanor gouernador de Cypro, no los dexauan biuir en repoſo.

3 Y los de Ioppe cometieron eſta maldad, que rogarõ à los Iudios que habitauã cõ ellos, que entraſſen con ſus mugeres y hijos en los barcos que ellos auian aparejado, fingiendo no auer en ellos mala voluntad:

4 Y consintiẽdo ellos àl comun acuerdo de la ciudad, y no teniendo ninguna sospecha por cauſa de la paz: quãdo fuerõ en alta mar, anegaron no menos de doziẽtos.

5 Laqual crueldad, como Iudas entendió ſer hecha en los hombres de ſu nacion, mãdó tomar las armas à los que con el estauã, y inuocando à Dios por juſto juez.

6 Vino contra los matadores de ſus hermanos, y poniendo fuego de noche àl puerto, y quemando las barcas, mató à cuchi llo à todos losque ſe auian acogido alli.

7 Mas ſiendo echado de la ciudad, ſe retiró para boluer otra vez à destruyr toda la ciudad de los de Ioppe.

8 Mas entendiendo que los de Iamnia qui sieron hazer otro tanto à los Iudios que morauan entre ellos.

9 Vino tãbiẽ ſobre ellos de noche, y puso fuego àl puerto y à las naues, tanto que el resplandor del fuego ſe via en Ieruſalem, que eran dozientos y quarenra estadios.

10 Y yendoſe ya de alli, y caminando hazia Timotheo, dierõ ſobre el cinco mil hõbres de los Arabes, y quinientos cauallos.

11 Y auiendo auido vna rezia pelea, y auiendo lo mejor por soccorro de Dios los que eſtauan con Iudas, los Arabes Nomades, que quedaron vencidos, pidieron à Iudas que les dieſſe la diestra, prometiendoque les darian pastos, y que les aprouecharian en otras coſas.

12 Y pareciendo à Iudas que de verdad les serian vtiles en muchas coſas, concedioles la paz: y tomadas las diestras ellos ſe fuerõ à ſus cabañas.

13 A cometió tambien à otra ciudad fortificada con puente, y cercada de muros, llamada Caspin, laqual era habitada de gẽtes mezcladas.

14 Y los que eſtauan dentro, confiados de la firmeza de los muros, y de la prouision de vituallas, auianse con negligencia, diziendo injurias y maldiciones à Iudas y à ſus soldados, yhablando loque no conueuia.

15 Mas los soldados de Iudas, inuocado el gran Señor del mundo, que ſin trabucos ni machinas derribó à Ierichoen los tiempos de Iosue, acometieron los muros con feroz impetu.

16 Y tomada la ciudad por fauor de Dios, hizieron vna mortandad increyble, tãto que vn lago vezino de dos estadios de anchura parecia que corria lleno de sangre.

17 Desde alli caminaron setecientos y cincuenta estadios, y vinieron en Characa à los Iudios llamados Tubianeos.

18 Y no tomando à Timotheo en a quellas partes, porque ſe auia ya ydo de alli ſin auer hecho nada, y auia dexado guarniciõ en vn fuerte:

19 Dositheo y Sosipatro, que eran capitanes en el exercito del Machabeo, mataron diez mil hombres que Timotheo auia dexado de guarnicion.

20 Mas el Machabeo, puestos en orden los suyos, y repartidos por escuadrones, paſſó adelante contra Timotheo que tenia consigo ciento y veynte mil hombres de pie, y dos mil y quinientos de cauallo.

21 Y como Timotheo entẽdió la venida de Iudas, embió las mugeres, y los niños, y el de mas bagaje, en vna fortaleza llamada Carnion, por ſer vn lugar inexpugnable, y dificil de entrar, por cauſa de vnas angosturas que tenia de todas partes.

22 Mas como el primer escuadron de Iudas ſe mostró, los enemigos vuieron gran terror por la preſencia de Dios que mira todas las coſas: y el vno àl otro ſe tornarõ en huyda: tanto que los vnos ſe derribauã à los otros, y eran heridos con las mismas armas de los suyos.

23 Mas Iudas los persiguió con ardor derribando aquellos scelerosos, y mató treynta mil hombres.

24 Timotheo, que cayó à la parte de Dositheo y de Sosipatro, rogaua con mucha cautela, que lo soltaſſen biuo: por quanto tenia los padres de muchos de los Iudios, y muchos de ſus hermanos, los quales ſe perderian ſi el fueſe muerto.

25 Y como ſe hizo creer con muchas palabras, y prometió que los restituyria sanos, ellos por la salud de ſus hermanos lo soltaron.

26 El Machabeo desde alli ſe vino à Carnion, y à Artagacio, y alli mató veynte y cinco mil hombres.

27 Despues de la huy da y muerte de aquestos, lleuó el exercito à Ephron ciudad fuerte, en laqual eſtaua Lysias, y gran multitud de diuersas gentes, y fuertes mãcebos puestos en orden por el muro que la defendian valientemente: y auia tambien grande apparato de ingenios y de dardos.

28 Mas inuocando àl Omnipotente que cõ ſu potencia quebranta las fuerças de los enemigos, tomaron la ciudad: y de los que estauã dentro, mataron veynte y cinco mil.

29 De alli fueron à Scythopolis, que eſtá de Ieruſalem seys cientos estadios.

30 Donde como los Iudios que alli morauan, dieſſen testimonio del buen tratamiento que recebian de los Scythopolitas, y que aun en tiempo de ſu calamidad los auian tratado humanamente:

31 Les hizieron gracias, y los exhortarõ aque de ay adelante fueſſen tambien benignos para con ſu nacion: y de alli ſe partieron para Ieruſalem, porque ſe acercaua la fiesta de las semanas.

32 Y paſſada la dicha fiesta de Pentecostes, ſe partieron contra Gorgias gouernador de Idumea.

33 Y ſalió con tres mil hombres de pie, y con quatrocientos cauallos.

34 Y trauada la batalla, murieron algunos pocos de los Iudios.

35 Mas vn Dositheo hombre de cauallo de los de Bacenor, valiente, hombre, tomó à Gorgias por el manto, y lleuaualo con fuerça desseando tomar biuo à aquel maluado: mas vno de cauallo de los de Tracia lo encontró, y le cortó vn ombro, y anſi Gorgias ſe huyó en Maresa.

36 Y como los de Gorgias porfiaſſen en la batalla, y ellos estuuieſſen ya cansados, Iudas inuo có àl Señor que les fueſe ayuda dor y capitan.

37 Començando en ſu propia lengua, y leuantando el clamor con hymnos, acome tió cõ impetu à la gente de Gorgias, y pusolos en huyda.

38 Entõces Iudas recogiẽdo los suyos, vinose à la ciudad de Odola, dõde, tomãdo los el septimo dia, ſe purificaron cõforme à la costumbre, y celebraron el Sabbado.

39 Y el dia siguiẽte Iudas yino cõ los suyos para tomar los cuerpos de los muertos, y ponerlos cõ ſus padres en ſus sepulchros.

40 Y hallarõ debaxo de las ropas de los muertos algunas coſas de las offrendas de los idolos que estauã en Iam nia:las quales la Ley veda à los Iudios, dedõde à todos fue manifiesto que por aquella cauſa auian sido muertos.

41 Y anſi todos bendixerõ el juſto juyzio del Señor, que auia descubierto lo que eſtaua occulto.

42 Y tornandoſe à la oracion, roguauã que aquel peccado que auia sido cometido, fueſſe pueſto en oluido: y el fuerte Iudas exhortaua à todo el pueblo que ſe conseruaſſen ſin peccado, auiendo viſto delante de ſus ojos lo que auia acõtecido por los peccados de aquellos muertos.

43 Y haziendo vna collecta embió à Ieruſalem dos mil dragmas de plata, para que ſe ofrecieſſe sacrificio por el peccado, haziendo en eſto bien y derechamente, como hombre que pensaua de la resurrecion.

44 Porque ſino eſperâra que aquellos que auian caydo, auian de resucitar, sup erfluo y vano era orar por los muertos.

45 Aliende de eſto porque el consideraua que para los que murieſſen en piedad auia guardado muy buen donde gracia.

46 Fue sancto y pio pensamiento: y anſi hizo expiacion por los muertos, porque fueſſen absueltos del peccado.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 13

1 EN el año ciento y quarenta y nueue fue dado auiso à Iudas, que Antio cho Eupator venia con exercito cõtra Iudea.

2 Y con el Lysias procurador y preposito de los negocios, trayendo cõsigo ciento y diez mil hombres de pie, y cinco mil cauallos, y veynte y dos Elephantes, y trezientos carros falcatos.

3 Y auiase juntado con ellos Menelao, el qual con grande simulacion rogaua à Antiocho no por la salud de ſu patria, mas eſperando de ſer pueſto en el principado.

4 Mas el rey de reyes deſpertó el animo de Antiocho cõtra aquel maluado, que auisando Lysias ſer aquel la cauſa de todos los males, el le mãdó prender y lleuar à Berea, donde fue metido à muerte como tenian de costumbre.

5 En aquel lugar auia vna torre de cincuẽta cobdos de alto llena de ceniza, en la qual auia vn ingenio que ſe tornaua àl derredor inclinado de todas partes a la ceniza:

6 Alli metian todos à morir à qual quiera que era conuencido de sacrilegio, ò de qual quiera otro facinoroso crimen.

7 Ansi aconteció, que aquel preuaricador de la Ley murieſſe, y que ni aun ſepultura tuuieſſe Menelao.

8 Y con mucha razon, porque el que auia cometido muchos peccados junto àl altar de Dios, cuyo fuego y ceniza era sancto, lleuaſſe muerte en ceniza.

9 Mas el rey venia toda via encruelecido en ſu animo para mostrarſe à los Iudios moy peor aun que ſu padre.

10 Lo qual entendido por Iudas, mandó àl pueblo, que el dia y la noche inuo caſſen àl Señor, que en aquella hora les ayudaſſe, como siempre les auia ayudado.

11 Porquanto temian de ſer priuados de la Ley, y de la patria, y del Sãcto Templo: y que no cõsintieſſe que el pueblo que ya respiraua vn poco, fueſſe otra vez subjetado à las naciones blasphemas.

12 Lo qual como todos hizieſſen, orãdo todos jũtos àl Señor Misericordioso, prostrados con lloros y ayunos por tres dias cõtinos, Iudas los exhortó à que estuuieſſen prestos.

13 Mas el acordó con los Ancianos’, que antes que el Rey llegaſſe con el exercito à Iudea, y tomaſſe la ciudad, ellos ſalieſſen encomendando el succeſſo del negocio à la diſpoſicion del Señor.

14 Y anſi dãdo todo el cuydado àl Señor del mundo, y animando à los suyos à que peleaſſen haſta la muerte varonilmẽte, por las leyes, por el Tẽplo, ciudad, patria y republica, aſſentó el campo junto à Modin.

15 Y dãdo à los suyos por nõbre, Victoria de Dios, eſcogió algunos de los mas fuertes mãcebos, cõ los quales à la noche dió ſobre la tiẽda del rey, y mató en el campoquatro mil hõbres, y al prĩcipal de los Elephãtes cõ todos los que estauã encima del.

16 Y auiendo henchido el campo de los enemigos de miedo y de perturbacion, y succedidoles prosperamente, fueronſe.

17 Esto fue hecho ya que amanecia, ſiendo ayudado del amparo del Señor.

18 Mas el rey auiẽdo gustado la osadia de los Iudios, tentaua los lugares por artes.

19 Y lleuó el campo à Bethsuran fortaleza de los Iudios asaz fuerte, mas fue echado de alli: y anſi yua empeorando y disminuyendoſe.

20 Y a los que eſtauan dentro, Iudas embiaua lo neceſſario.

21 Mas vn Rhodocho que era del exercito de los Iudios, descubrió los secretos à los enemigos, el qual ſiendo buscado fue preso y pueſto en la carcel.

22 El rey tuuo segundo colloquio cõ los de Bethsurã, y dãdoles la diestra, y tomando la ſe fue, y peleó cõ Iudas y fuevencido.

23 Y teniendo auiso de que Philippo, que auia sido dexado en el gouierno en Antiochia, ſe auia rebellado: el ſe atemorizó y rogó à los Iudios, y ſe sometió à ellos: y les juró que haria todo lo que pareceria ſer juſto: y anſi reconciliado ofreció sacrificio, y honrrò el templo, y puso dones.

24 Y abraçãdo àl Machabeo, lo puso por gouernador y capitan desde Ptolemayda à Hegemonides, y haſta los Gerrenos.

25 Y viniẽdo à Ptolemayda, los de la villa pesauales del cõcierto hecho, y estauã tan enojados que queriã rõper las condiciones.

26 Mas Lysias subió en el tribunal, y dãdo la razon apaziguó el pueblo; y de alli ſe tornó à Antiochia. De eſta manera paſſó la venida y la buelta del rey.

II. LIBRO. DE LOS MACHAB. 14

1 Tres años deſpues vino nueua à Iudas y à los que conel eſtauan, que Deme trio hijo de Seleuco auia venido con vna grande armada y nauios por el puerto de Tripol.

2 Y que auia tomado las prouincias, y muerto à Antiocho y à ſu procurador Lysias.

3 Y vn Alcimo, que antes auia sido summo Sacerdote, mas que de ſu propria volũtad ſe auia cõtaminado en el tiẽpo de la mezcla con las Gentes, conſiderando que en ninguna manera podia eſcapar, ni tener ya mas entrada àl altar.

4 Vinose àl rey Demetrio en el año ciento y cincuenta y vno, ofreciẽdole vna corona de oro convna palma, y aliende de eſto algunos ramos de los que ſe solian traer del Templo, y por aquel dia estuuo quieto.

5 Mas auida la opportunidad para ſu locura, ſiendo llamado de Demetrió à consejo, preguntado de que manera y por que consejos ſe gouernauan los Iudios:

6 El respõdió, Los que de los Iudios ſon llamados Asideos, de los quales Iudas Machabeo es capitã, entretienen las guerras, mueuen las sediciones, y no dexan el reyno eſtar en paz.

7 Porque aunyo defraudado de la honrrade mis mayores, digo del summo Sacerdocio, me he venido acá:

8 Primeramente procurando con fidelidad los prouechos del rey: lo segundo para a proueñar tambien à mis cuidadanos: porque por la prauedad de aquellos toda nueſtra nacion es no poco trabajada.

9 Por loqual yo te ruego ó Rey, que conocidas todas estas coſas, mires por nueſtra prouincia y nacion presa por engaño, conforme à tu humanidad, que para todos eſtá presta.

10 Porque entre tanto que Iudas biuiere, impoſsible es que las coſas ayan paz.

11 Auiendo el dicho estas coſas, los otros amigos que tenian mala voluntad à Iudas inflamaron à Demetrio.

12 El qual luego embió en Iudea à Nicanor preposito y capitan de los Elephantes:

13 Dandole mandamientos que prẽdieſſe à Iudas, y que à los otros que cõ el eſtauan, destruyeſſe: y que pusieſſe à Alcimo por summo Sacerdote del gran Templo.

14 Entonces las gentes que fueron echadas de Iudea por Iudas, ſe juntaron à manadas con Nicanor, preciendo les que las miserias y destruyciones de los Iudios auian de ſer ſu prosperidad.

15 Oyendo pues los Iudios la venida de Nicanor, y el ayuntamiento de las naciones, esparziendo ſobre ſi poluo, orauã àl que para siempre auia establecido ſu pueblo, y siempre lo auia amparado con ſeñales euidentes, que para siempre lo guardaſſe.

16 Y luego por mandamiento del capitã partieron de alli, y juntaronſe con los enemigos à vna aldea llamada Deſſau.

17 Donde Simon hermano de Iudas, viniendo à encontrarſe con Nicanor, estuuo vn poco attonito à cauſa del subito silencio de los enemigos.

18 Porque Nicanor auiendo oydo el esfuerço de los compañeros de Iudas, y la grandeza de animo que tenian para pelear por la patria, temió de hazer la determinacion por sangre.

19 Por lo qual embió à Posidonio, y a Theodocion, y à Mathias, para que dieſſen las diestras, y las tomaſſen.

20 Y como vuieron cõsultado’ acerca de estas coſas vn bnen espacio de tiẽpo; el capitã lo refirió à la multitud, y fue el parecer de todos de consentir à los conciertos.

21 Y anſi señalado vn dia para tener colloquio entresi en secreto, y estãdo ya puestas las sillas de todos.

22 Iudas mandó poner gente armada en lugares conuenibles: porque por ventura no acontecieſſe algun mal de subito de parte de los enemigos: y anſi tuuieron el colloquio que auian concertado.

23 Despues Nicanor habitó en Ieruſalem, no haziẽdo ningun agrauio, y auiẽdo embiado las compañias que auia juntado.

24 Y tenia siempre à Iudas delante de ſi, àl qual era afficionado de animo:

25 Y rogandole que tomaſſe muger, y que vuieſſe hijos, el ſe casó: y biuió quietamente, y anſi biuian en amistad.

26 Mas Alcimo viendo el amor que auia entre ambos, y entendiendo los conciertos, vinose à Demetrio, y dixole que Nicanor sentia y trataua cõtra ſus negocios, y que à Iudas, que era traydor àl reyno, lo auia señalado por ſu suceſſor.

27 Por lo qual en cendido en yra el Rey, y prouocado por las calũnias de aquelmal hombre, escriuió à Nicanor que le pesaua mucho de los conciertos, y que le mandaua que le embiaſſe muy presto preso àl Ma chabeo à Antiochia.

28 Loqual como supo Nicanor, fué turbado, y pesauale mucho de romper los cõciertos con hombre, de quien ninguna injuria auia recebido.

29 Mas porque le parecia no ſer coſa opportuna reſiſtir al rey, aguardaua con arte la opportunidad para hazer loque le era mandado.

30 El Machabeo viendo que Nicanor le trataua y le miraua vn poco mas asperamente de loque tenia de costumbre, entẽdiendo que eſta austeridad no venia de buen animo, jũtó vn buen numero de los suyos, y apartose de Nicanor.

31 Y quando el entendió, como el otro le auia preuenido con buena astucia, vino ſe al grande y sancto Templo, y mandó à los Sacerdotes que eſtauan ofreciendo los sacrificios à costumbrados, que ſe lo entre gaſſen.

32 Los quales affirmaron con juramẽto que no sabian donde eſtaua el que buscauan: entonces el estendiendo la mano hazia el templo.

33 Iuró diziendo,Si no me entregardes preso à Iudas, eſta Caſa de Dios, yo la tornaré en llanura, y derribaré el altar, y edificaré aqui vn insigne templo à Bacho.

34 Y eſto dicho fueſe. Entonces los Sacerdotes leuantãdo las manos àl cielo, inuocauan àl que siempre fué defensor de ſu gente diziendo eſto.

35 Tu Señor de todas las coſas, que de nada tienes neceſsidad, quesiste que entre noſotros fueſſe hecho el Templo de tu habitacion.

36 Aora pues Señor Sancto de todos los sanctos, eſta Caſa, que poco hà hemos limpiado, conseruala limpia para siẽpre, y cierra toda boca injusta.

37 En aquel tiempo fué accusado delãte de Nicanor vno de los Ancianos de Ieruſalẽ llamado Razis, amador de la ciudad, y hõbre de buena fama, y que por cauſa de ſu buena affeciõ era llamado padre de los Iudios.

38 Este en los tiempos paſſados de la separacion, auia sustentado la cauſa del Iudaysmo poniendo ſu cuerpo y ſu vida à peligro contoda constancia por el.

39 Y queriendo Nicanor declarar el odio que tenia cõtra los Iudios, embió quinientos soldados para prenderlo:

40 Porque pensaua que ſi lo prendieſſe, haria grande mal à los Iudios.

41 Mas quando la multitud acometió la caſa, y començaron à romper las puertas del patio, y aponerles fuego, viendoſe el tomado de todas partes, el ſe hirió con vn cuchillo:

42 Teniendo por mejor morir generosamente, que venir en manos de hombres tan maluados, y ſer tratado cõ afrentas indignas de ſu nobleza.

43 Mas no ſe auiendo herido derechamente por cauſa de la gran prieſſa: porque ya la genta entraua por las puertas, corriendo osa damente àl muro, ſe despeñó animosamente entre la gente.

44 Los quales tornãdo atràs prestamente, dandole espació, cayó ſobre ſu vientre.

45 Y estando aũ espirando encendido de esfuerçó, ſe leuantó y corriendole la sangre à gran golpe, y herido de grandes heridas paſſó por toda la gẽte en vna carrera.

46 Y pomendoſe de pies ſobre vna alta peña ya vazio de sangre, sacando y tomando ſus intestinos cõ ambas manos los arrõjo ſobre la gente inuocando àl Señor de la vida y del eſpiritu que ſe los restituyeſſe otra vez: y anſi acabó la vida.